¿Por qué nos atraen ciertas composiciones? Una mirada a la Gestalt.

Cuando observamos una imagen, una fotografía, un cartel o incluso el diseño de una habitación, rara vez somos conscientes de todo lo que sucede en nuestra mente para que nos parezca «bonita» o «bien compuesta». Sin embargo, detrás de esa percepción está funcionando una serie de principios que la psicología de la Gestalt ha descrito desde principios del siglo XX.

¿Qué ves primero? Un árbol o dos animales… ¿o ambos?

Nuestra percepción visual no siempre es objetiva. El cerebro no solo «ve» lo que está frente a los ojos, sino que interpreta, completa y organiza lo que percibe según patrones que ha aprendido. Esta imagen juega con esa capacidad: lo que para unos es un árbol, para otros son un gorila y un león cara a cara. Aquí es donde entra la psicología de la Gestalt, que nos ayuda a entender cómo y por qué interpretamos las formas de una determinada manera, y por qué ciertas composiciones visuales nos sorprenden, nos atraen o incluso nos confunden.

La Gestalt —que en alemán significa «forma» o «configuración»— parte de una idea muy poderosa: el todo es más que la suma de sus partes. Es decir, nuestro cerebro tiende a organizar los elementos que percibe en conjuntos coherentes, buscando patrones, simetrías, continuidades y figuras completas, incluso cuando están incompletas.

Los principios que nos guían

Existen varios principios gestálticos que explican por qué ciertas composiciones nos resultan más atractivas que otras:

  • Figura y fondo: Tendemos a distinguir un objeto (figura) del espacio que lo rodea (fondo). Las composiciones efectivas juegan con esta relación para destacar elementos clave.
  • Proximidad: Elementos que están cerca tienden a percibirse como parte de un mismo grupo. Esto se aplica tanto en diseño gráfico como en fotografía o arquitectura.
  • Semejanza: Elementos similares en forma, color o tamaño tienden a agruparse en nuestra percepción. Este principio genera armonía visual.
  • Continuidad: Nuestro cerebro prefiere seguir líneas continuas antes que interpretarlas como fragmentadas. Las composiciones que guían la mirada de manera fluida nos resultan más placenteras.
  • Cierre: Incluso cuando una figura no está completamente dibujada, nuestra mente tiende a «cerrarla» para darle sentido. Este principio hace que completemos mentalmente formas, lo que aporta dinamismo y participación del espectador.

El atractivo no es casual

Aplicar estos principios no es solo una cuestión estética: también tiene efectos funcionales. Una buena composición no solo es bella, sino que también facilita la comprensión, dirige la atención y transmite mensajes de forma más clara. En el arte, el diseño, la publicidad o la arquitectura, conocer las leyes de la Gestalt permite tomar decisiones más conscientes sobre cómo ordenar los elementos visuales.

«La percepción no es una copia del mundo, sino una construcción de la mente.»
— Rudolf Arnheim, psicólogo y teórico del arte

Una herramienta para diseñar y entender

Mirar el mundo a través del prisma de la Gestalt no solo mejora nuestra capacidad de diseñar, sino también de leer lo que otros han creado. Nos ayuda a entender por qué una fotografía nos emociona, por qué un logo es tan recordado o por qué ciertos espacios nos parecen acogedores.

En definitiva, la Gestalt no es solo teoría psicológica: es una lente práctica y poderosa para explorar por qué vemos y sentimos como lo hacemos

Scroll al inicio